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Un excelente Mundial de Clubes: Un calentamiento para el mundial.





Hay que decirlo sin rodeos: el Mundial de Clubes que se jugó en Estados Unidos fue una delicia total. Una mezcla de espectáculo, sorpresas, goles de todos los sabores y colores, y ese aroma a mundial que ya se empieza a sentir con fuerza. Para muchos, este torneo venía con dudas, críticas anticipadas y algo de desdén. Pero al final, fue una fiesta del fútbol y, para los que lo vimos completo, una experiencia gratificante que no se va a borrar fácil.

Un torneo que empezó tibio… pero explotó

Seamos honestos: cuando uno oye “Mundial de Clubes”, lo primero que viene a la cabeza es un torneo que muchas veces parece armado solo para que el campeón de Europa levante otro trofeo. Pero esta vez fue diferente. Estados Unidos lo organizó con todo, y lo mejor: los equipos latinoamericanos se metieron en el corazón del torneo como si se tratara de una Copa Libertadores cargada de adrenalina mundialista.

El ambiente fue brutal. Estadios llenos, hinchas de todo el planeta y una vibra que solo un torneo global puede lograr. Y aunque sí, a la FIFA se le puede criticar por mil cosas —corrupción, decisiones absurdas, manejos dudosos—, hay que reconocerle algo: cuando se trata de hacer torneos, estos manes saben cómo montar una fiesta. Y esta fue una de las buenas.

Latinoamérica no fue relleno, fue protagonista

Uno de los placeres más grandes de este torneo fue ver cómo los equipos de Sudamérica se sacudieron ese papel de “eliminados seguros” y dieron pelea, corazón y fútbol. Especialmente los clubes brasileños y argentinos, que no solo compitieron, sino que metieron miedo, emocionaron y en algunos casos, eliminaron favoritos.

Pero si hablamos de sorpresas agradables, tenemos que mencionar al Palmeiras. ¡Qué torneo el que jugaron los brasileños! Mucha gente los daba como los eternos semifinalistas, pero esta vez llegaron con más que samba: llegaron con sangre en el ojo. Partido tras partido fueron creciendo y terminaron metiéndose en la parte más caliente del torneo con autoridad. No fue suerte, fue fútbol del bueno. En especial ese partidazo contra el Manchester City en cuartos. ¡Qué manera de sufrir y disfrutar!

Y ojo con los colombianos: no tuvimos equipo en el torneo, pero varios jugadores cafeteros dejaron la piel en la cancha. Desde volantes de marca que cortaron todo hasta delanteros que la metieron cuando más dolía. Ver ese nivel de protagonismo da gusto. Porque sí, el fútbol colombiano sigue exportando talento de calidad.

Los mejores partidos: para verlos con crispetas y corazón en la mano

Este Mundial de Clubes nos dejó varios partidos para guardar en la videoteca emocional. Algunos fueron batallas épicas, otros derroches de técnica y goles.

  1. Palmeiras vs. Manchester City (Cuartos de final)
    Nadie esperaba que el City sufriera tanto. Guardiola, con cara de “esto no puede estar pasando”, vio cómo los brasileños los empujaron al límite. Fue uno de esos partidos que tiene de todo: goles, polémicas, jugadas de lujo y drama puro.

  2. Borussia Dortmund vs. Al Ahly (Octavos)
    Un duelo inesperadamente parejo. El equipo egipcio demostró que ya no está para ser solo espectador. Lo llevó al límite, lo puso a correr y hasta tuvo opciones de ganarlo.

  3. Real Madrid vs. Flamengo (Semis)
    Ver a estos dos monstruos del fútbol en una cancha es un privilegio. Y no decepcionaron. Fue un choque de trenes, de historia, de camisetas pesadas. Al final, el Madrid mostró su jerarquía, pero Flamengo vendió cara su eliminación.

  4. La gran final: Chelsea vs. PSG
    Este partido fue la cereza del pastel. Qué final tan intensa, táctica y emocionante. El PSG arrancó mejor, con Mbappé haciendo lo que quiso en los primeros 30 minutos, pero Chelsea supo golpear en los momentos claves. El segundo tiempo fue un espectáculo: presión alta, cambios ofensivos, palos, atajadas... todo. Al final, los ingleses levantaron la copa con justicia, pero el PSG dejó claro que puede pelearle a cualquiera.

Una final con sabor a Mundial

La final del torneo fue tan bien jugada y tan llena de emociones que parecía una previa del Mundial de 2026. El ambiente, la intensidad, la calidad… todo olía a mundial. De hecho, para muchos, este torneo fue como un ensayo general.

Y si esto fue un ensayo, lo que se viene es una locura.

Estados Unidos demostró que puede armar un torneo global con altura, con buena logística, estadios de primer nivel y, lo mejor, con esa capacidad de hacer que hasta un martes cualquiera se sienta como un domingo de final.

¿Y la FIFA? Bien gracias, pero esta vez, aplausos

A ver, todos sabemos que la FIFA no es precisamente un modelo de transparencia. Pero algo tienen: cuando quieren hacer un torneo bien hecho, lo hacen como nadie. El formato de este Mundial de Clubes, con más equipos, más partidos competitivos y más nivel, fue un acierto total.

No fue solo ver al campeón europeo contra equipos menores. Fue ver partidos de verdad, duelos parejos, historias que contar. Fue ver a clubes como el Al Ahly de Egipto o el Urawa Red Diamonds de Japón plantarse con respeto y calidad. Fue ver fútbol global, del que une culturas, del que nos recuerda por qué este deporte es tan poderoso.

Así que sí, FIFA: en esto sí se rajaron bien. Esperemos que sigan por esa línea y no vuelvan al formato viejo y aburrido.

Reflexiones para lo que se viene

Después de este torneo, quedan muchas ideas en el aire. La principal: el fútbol latinoamericano está más vivo que nunca. No tiene los millones de Europa, ni la exposición constante, pero tiene garra, talento y alma. Y eso, en torneos cortos, pesa.

Además, el fútbol en Estados Unidos está creciendo a pasos agigantados. No solo por la infraestructura, sino por el público. Ver estadios llenos con hinchadas de todos los rincones del mundo fue hermoso. Si eso fue para el Mundial de Clubes, imagínense lo que será el Mundial 2026.

Y para los que amamos este deporte, fue un recordatorio necesario: el fútbol sigue siendo una fiesta. Una que nos hace gritar, llorar, sufrir y sonreír como niños. Y si el Mundial de Clubes fue la antesala, el Mundial será una locura.

Un cierre de aplausos

Gracias fútbol. Gracias Palmeiras, Flamengo, Flu,  Chelsea, PSG, Real Madrid y compañía por regalarnos partidos inolvidables. Gracias a los jugadores que se partieron el alma. Gracias a los técnicos que se la jugaron con valentía. Y sí, gracias FIFA (aunque sea esta vez) por hacer algo bien.

Este torneo fue más que partidos. Fue emoción pura. Fue pasión. Fue fútbol del que nos hace volver a creer.


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